Erase una vez, un Hado que viajaba mucho. Este Hado tenía una varita mágica muy chula, una gran piruleta de todos los sabores.
Y diréis ¿Por qué?; por que tenía que darles a los niños y niñas en la boca, y claro, la piruleta le tenía que gustar a todos y todas, nadie así podría decir que no
También tenía unos zapatos muy fuertes,para correr mucho y unos oídos muy finos, para escuchar cualquier palabrota.
Cuando el Hado escuchaba una palabrota, corría hasta llegar cerca de la boca del niño o niña que la había dicho, y le daba con su varita, muy suave en la boca. La palabrota se transformaba e una enorme araña peluda que daba vueltas alrededor del niño o niña que había dicho la palabra fea.
El resto de los niños y niñas ya sabían quién era el o la que decía palabrotas, y no querían acercarse para no aprenderlas.
Cuando el niño o niña, se arrepentía de decir palabras feas, y se esforzaba en decir una palabra bonita, el Hado le daba otra vez con la piruleta y desaparecía la fea araña, y en su lugar había una preciosa estrella. Ahora todos los niños y niñas, se acercaban para ver la estrella y jugar con el niño o niña.
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